Ahí está, easy. Aclarado el cuadro por la parte de abajo, después del sweet sixteen, nos quedamos sin representantes sentimentales. Brigham Young y Duke a la calle. Los verdugos, Florida en Lousiana, y Arizona en Anaheim.
Fredette se fue hasta los 32 puntos pero con un sonrojante 11 de 29 en tiros de campo, con 3 de 15 en triples, y no lo digo porque fallase 12 tiros de tres, es decir 18 tiros de campo, si no porque tuvo a bien tirar 29 veces a canasta, por 41 del resto de sus compañeros, ahí es nada. Así que ninguno llegó a las dobles figuras, aunque Kyle Collinsworth se hinchó a coger rebotes, 15. Mucho más equilibrados los de Billy Donovan se repartieron el protagonismo y hasta cuatro gators pueden ser subrayados como culpables de la victoria del equipo: Chandler Parsons, 16 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias, Alex Tyus, enorme en los tableros, con 19 puntos y 17 rebotes, Kenny Boynton, con 17 puntos a pesar de un 4 de 13 en triples, y Erving Walker con 16 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias. El rebote en ataque desniveló el partido en la prórroga. Como bien resumía Andy Katz para espn.com Brigham Young tuvo al mejor anotador en la cancha y Florida al mejor equipo. Ahora el protagonismo pasa a manos del alero blanco Chandler Parsons, que desde que se deja crecer el pelo, está más guapo, toma análisis sesudo. Pero lo que es cierto es que Parsons, en su último año está dando un paso adelante. Ya se le conocía desde los tiempos del instituto, cuando formaba una pareja invencible junto con el actual jugador del Panathinaikos, Nick Calathes. Parsons y un sorprendente Tyus acapararán los flashes a partir de ahora.
En el otro, Coach K se quedó esta vez sin entrar siquiera en el Elite Eight con los ocho mejores equipos del país. Duke no tuvo ninguna posibilidad ante una Arizona contundente, con un Derrick Williams sencillamente genial. Sus números lo dicen todo: 32 puntos, 13 rebotes, 2 asistencias, 2 robos y 1 tapón. Eso sí, de sus 32 puntos, 25 fueron en la primera parte, así que en la segunda, fue todo el equipo, con Solomon Hill y Lamont Jones a la cabeza, los que se llevaron el partido. Williams es un poco pequeño para la posición en la que quiere jugar, pero se maneja como nadie en el poste bajo, está ganando cuerpo, y tiene un gran salto y mucha movilidad. Sin duda, quedará muy bien en la NBA. A sus 20 años, no le vendría mal un año más en la universidad, pero quién sabe. El caso es que pasó por encima de los 28 puntos de Kyrie Irving y los 18 de Kyle Singler y dejó a los blue devils sin repetir título. En consecuencia, Mike Krzyzewski tendrá que esperar hasta la próxima temporada (dice que no piensa fichar por los Lakers) para batir el récord de victorias de Bobby Knight.
Pero aquí no acabaron los partidos. Hubo otros dos para cerrar el cuadro por la parte de abajo y completar la primera mitad de los Elite Eight, lo que nosotros vendríamos a llamar en pagano los cuartos de final. Y en esos dos partidos, se rompió un sueño y se alarga en el tiempo otro. Se rompió el de Kwahi Leonard y su San Diego State University que se vio derrotada por Conneticut. Leonard se quedó en 12 y 9 y los aztecs no pudieron ante los 36 puntos de Kemba Walker y los 24 de Jeremy Lamb. Lamb es un anotador puro de largos brazos al que le gusta la pelota para meterla dentro, para poco más. Y Kemba Walker es un base anotador, con grandes movimientos, rápido (dicen que baila muy bien) que creció en el Bronx, que es un juicio tan válido como el de que Parsons está más guapo con el pelo largo. Por cierto, gran éxito para Jim Calhoun, el entrenador de los Huskies. Calhoun es uno de los entrenadores más laureados del país, ya está en el Hall of Fame, y la lista de jugadores que han pasado por sus manos es increíble. Solo nombraré a diez, por hacer un roster y dejarlo: Ben Gordon, Emeka Okafor, Caron Butler, Richard Hamilton, Reggie Lewis, Ray Allen, Rudy Gay, Charlie Villanueva, Donyell Marshall y Cliff Robinson. Y los que siguen alargando el sueño americano por excelencia, son los de Butler. La pequeña universidad que ya llegara a la final el año pasado sigue revolucionando a Indiana y, por extensión, al país. Quizás estemos ante un futuro Jim Calhoun cuando vemos a Brad Stevens tomarse con tanta naturalidad las victorias de sus chicos, que están eliminando un favorito detrás de otro. Si el año pasado fue Gordon Hayward, este año le han cogido el relevo Matt Howard y Shelvin Mack, como ya habíamos explicado. Esta vez fue Howard el que destacó, con 20 puntos y 12 rebotes, pero no lo hubiera conseguido sin la ayuda de Mack o de Shawn Vanzant. Por Winsconsin, Jordan Taylor se tiró diez triples para conseguir 22 puntos, pero no pudo hacer mucho.
Así las cosas, hoy se irán cerrando las eliminatorias que quedan. Veremos si Ohio State y Kansas cumplen los pronósticos y como se resuelven los sweet sixteen más apocalípticos para los gustos de este blog.
Por cierto, no quería despedirme sin daros cuenta de un estúpido estudio que he realizado tras un profuso análisis que me ha llevado diez minutos. Yo creo que el análisis trasciende lo anecdótico y se pueden sacar conclusiones, pero no las voy a sacar yo. El estudio es el siguiente:
Fredette se fue hasta los 32 puntos pero con un sonrojante 11 de 29 en tiros de campo, con 3 de 15 en triples, y no lo digo porque fallase 12 tiros de tres, es decir 18 tiros de campo, si no porque tuvo a bien tirar 29 veces a canasta, por 41 del resto de sus compañeros, ahí es nada. Así que ninguno llegó a las dobles figuras, aunque Kyle Collinsworth se hinchó a coger rebotes, 15. Mucho más equilibrados los de Billy Donovan se repartieron el protagonismo y hasta cuatro gators pueden ser subrayados como culpables de la victoria del equipo: Chandler Parsons, 16 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias, Alex Tyus, enorme en los tableros, con 19 puntos y 17 rebotes, Kenny Boynton, con 17 puntos a pesar de un 4 de 13 en triples, y Erving Walker con 16 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias. El rebote en ataque desniveló el partido en la prórroga. Como bien resumía Andy Katz para espn.com Brigham Young tuvo al mejor anotador en la cancha y Florida al mejor equipo. Ahora el protagonismo pasa a manos del alero blanco Chandler Parsons, que desde que se deja crecer el pelo, está más guapo, toma análisis sesudo. Pero lo que es cierto es que Parsons, en su último año está dando un paso adelante. Ya se le conocía desde los tiempos del instituto, cuando formaba una pareja invencible junto con el actual jugador del Panathinaikos, Nick Calathes. Parsons y un sorprendente Tyus acapararán los flashes a partir de ahora.
En el otro, Coach K se quedó esta vez sin entrar siquiera en el Elite Eight con los ocho mejores equipos del país. Duke no tuvo ninguna posibilidad ante una Arizona contundente, con un Derrick Williams sencillamente genial. Sus números lo dicen todo: 32 puntos, 13 rebotes, 2 asistencias, 2 robos y 1 tapón. Eso sí, de sus 32 puntos, 25 fueron en la primera parte, así que en la segunda, fue todo el equipo, con Solomon Hill y Lamont Jones a la cabeza, los que se llevaron el partido. Williams es un poco pequeño para la posición en la que quiere jugar, pero se maneja como nadie en el poste bajo, está ganando cuerpo, y tiene un gran salto y mucha movilidad. Sin duda, quedará muy bien en la NBA. A sus 20 años, no le vendría mal un año más en la universidad, pero quién sabe. El caso es que pasó por encima de los 28 puntos de Kyrie Irving y los 18 de Kyle Singler y dejó a los blue devils sin repetir título. En consecuencia, Mike Krzyzewski tendrá que esperar hasta la próxima temporada (dice que no piensa fichar por los Lakers) para batir el récord de victorias de Bobby Knight.
Pero aquí no acabaron los partidos. Hubo otros dos para cerrar el cuadro por la parte de abajo y completar la primera mitad de los Elite Eight, lo que nosotros vendríamos a llamar en pagano los cuartos de final. Y en esos dos partidos, se rompió un sueño y se alarga en el tiempo otro. Se rompió el de Kwahi Leonard y su San Diego State University que se vio derrotada por Conneticut. Leonard se quedó en 12 y 9 y los aztecs no pudieron ante los 36 puntos de Kemba Walker y los 24 de Jeremy Lamb. Lamb es un anotador puro de largos brazos al que le gusta la pelota para meterla dentro, para poco más. Y Kemba Walker es un base anotador, con grandes movimientos, rápido (dicen que baila muy bien) que creció en el Bronx, que es un juicio tan válido como el de que Parsons está más guapo con el pelo largo. Por cierto, gran éxito para Jim Calhoun, el entrenador de los Huskies. Calhoun es uno de los entrenadores más laureados del país, ya está en el Hall of Fame, y la lista de jugadores que han pasado por sus manos es increíble. Solo nombraré a diez, por hacer un roster y dejarlo: Ben Gordon, Emeka Okafor, Caron Butler, Richard Hamilton, Reggie Lewis, Ray Allen, Rudy Gay, Charlie Villanueva, Donyell Marshall y Cliff Robinson. Y los que siguen alargando el sueño americano por excelencia, son los de Butler. La pequeña universidad que ya llegara a la final el año pasado sigue revolucionando a Indiana y, por extensión, al país. Quizás estemos ante un futuro Jim Calhoun cuando vemos a Brad Stevens tomarse con tanta naturalidad las victorias de sus chicos, que están eliminando un favorito detrás de otro. Si el año pasado fue Gordon Hayward, este año le han cogido el relevo Matt Howard y Shelvin Mack, como ya habíamos explicado. Esta vez fue Howard el que destacó, con 20 puntos y 12 rebotes, pero no lo hubiera conseguido sin la ayuda de Mack o de Shawn Vanzant. Por Winsconsin, Jordan Taylor se tiró diez triples para conseguir 22 puntos, pero no pudo hacer mucho.
Así las cosas, hoy se irán cerrando las eliminatorias que quedan. Veremos si Ohio State y Kansas cumplen los pronósticos y como se resuelven los sweet sixteen más apocalípticos para los gustos de este blog.
Por cierto, no quería despedirme sin daros cuenta de un estúpido estudio que he realizado tras un profuso análisis que me ha llevado diez minutos. Yo creo que el análisis trasciende lo anecdótico y se pueden sacar conclusiones, pero no las voy a sacar yo. El estudio es el siguiente:
De los 74 puntos de Conneticut, 2 los consiguió el banquillo.
De los 67 puntos de San Diego State, 7 los consiguió el banquillo.
De los 74 puntos de Brigham Young, 13 los consiguió el banquillo.
De los 83 puntos de Florida, 6 los consiguió el banquillo.
De los 61 puntos de Butler, 7 los consiguió el banquillo (todos Khyle Marshall).
De los 54 puntos de Wisconsin, 7 los consiguió el banquillo (todos Mike Bruesewitz).
De los 93 puntos de Arizona, 19 los consiguió el banquillo.
De los 77 puntos de Duke, 39 los consiguió el banquillo (28 solo de Kyrie Irving).
Es decir, que de los 583 puntos que consiguieron todos esos equipos, si no me equivoco porque he hecho el cálculo a ojo, 100 los consiguieron jugadores del banquillo, y 483 titulares. Teniendo en cuenta que de esos 100, tres jugadores se repartieron 42, casi la mitad.
Como decía el otro, ahí dejo el dato, para la reflexión. Y porque no le conozco de nada y no se a quién otro elegir, va la foto y el título de la entrada para el jugador de Arizona Mike Bruesewitz y sus solitarios siete puntos. Y he acertado, porque me gusta su peinado, ¿que no? Mejor que el de Chandler Parsons.
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