miércoles, 13 de enero de 2010

Michael Redd


Dios, no sé a dónde íbamos, pero íbamos a algún sitio. El padre conducía y yo iba a su lado; Jacob, detrás, estaba concentrado en la pantalla del televisor instalado entre los dos asientos delanteros del monovolumen. Estaba concentrado hasta que, eso sí, suavemente, dijo daddy, I'm hungry y paramos en un Burger King en las afueras de alguna pequeña ciudad, no recuerdo cuál porque tampoco recuerdo a dónde íbamos, pero íbamos a algún sitio. Yo pedí una hamburguesa sin patatas ni nada. Alan un menú y el crío otro. Jacob quería el menú con el que le regalaban un cromo de la NBA. Abrió antes el paquete que la ensalada y cuando sacó el cromo dijo: Oh, no! Shit! Y Alan, dijo, sssss, y quiso taparle la boca. Le había tocado el cromo de Michael Redd. Y Michael Redd no era Dwayne Wade, ni Lebron James ni Kobe Bryant.
Como nadie le tomaba en serio, el berrinche de Jacob fue a más. Y me tocó participar: Hey, dude, Redd is cool, Redd is the best. ¿Ves?, le dijo su padre para coger ritmo. But The Bucks suck! le contestó el chaval, y tenía razón. Además sonaba de puta madre, pero eso no lo dije, y en su lugar añadí: He's a great 3 points shooter, dude, one of the best shooters in the whole league. Primero dijo que sí, pero luego se puso de pie para ir al baño y añadió: Bucks suck!
Tiene 31 años y al parecer su carrera acaba de irse a la mierda. Esto me ha quedado muy vulgar pero es que me duele. Primero se destrozó la rodilla y consiguió volver en un año en el que los Bucks, con Bogut, Ilyasova, Jennings, Charlie Bell, Ridnour o Kurt Thomas prometía alegrías para los seguidores de Milwaukee. Todo eso fue el 24 de Enero de hace dos años. Como decía, luego volvió. Pero todavía le esperaba más: otra vez enero, pero de 2010 y vuelve a partirse en dos la misma rodilla.
El tío que pasó de sexto hombre a hombre franquicia, el tío que metió 8 triples en un solo cuarto a los Rockets, que hizo 21 puntos por partido en su primer año en la NCAA e incluso pudo haber llegado a hacer más grande a los Buckeyes de Jim O'Brien, el zurdo de Ohio que llegó desde un puesto 43 de la segunda ronda del draft hasta un All Star y una medalle de Oro en Pekín, el Buck que sucks en un cromo del Burger King está a punto de ver como termina su carrera deportiva. En fin, espero que no, espero que pueda volver y retirarse con las zapatillas puestas. Ojalá sea así.
¿Y Jacob?
Probablemente el cromo se quedara en aquel Burger King y no se acordará de aquel viaje donde no sé dónde íbamos pero a algún sitio íbamos. Espero que, al menos, guarde el de Ander Garitano que le envié por correo para que tuviera un recuerdo mío. Ése sí que era un cromo, la verdad, hasta lo echo de menos, joder.

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