Butler y Conneticut, medio oeste contra costa este, privada contra pública, Brad Stevens contra Jim Calhoun, Shelvin Mack contra Kemba Walker, ésa será la final más impredecible de los últimos años.
Los perros ganaron a los gatos en la primera semifinal, y Calipari no podrá llevar a Kentucky a su octava victoria de la historia. Los de Kentucky, probablemente uno de los equipos más históricos de la NCAA, se siguen quedando estancados en su última victoria en 1998, con Calipari de entrenador. Los Wildcats no pudieron contra los Huskies de Jim Calhoun que intentarán mañana conseguir su tercer título en su cuarta presencia en una final four, todas de la mano del entrenador Calhoun. El partido se ganó por un punto y fue disputado a base de juego exterior. Los triples de Liggins, Brandon Knight y Doron Lamb mantuvieron a Kentucky en el partido, aunque fallaron muchos tiros fáciles. Terrence Jones estuvo bien en el rebote, pero ninguno pudo parar el juego rápido y letal de Kemba Walker, llamado a ser la estrella de esta edición. El pequeño base de New York cortó la zona de los Wildcats como si fuera mantequilla y repartió siete asistencias que significa participar en la mitad de los puntos que anotaron el resto de los titulares. Jeremy Lamb, que además ayudó en el rebote, puso la puntilla con sus bandejas. Oriakhi estuvo bien el rebote.
En la otra semifinal, Brad Stevens y sus chicos no tuvieron piedad. La experiencia del año pasado les ha hecho aún más grandes. Ya no son una sorpresa, aunque sigan siendo una universidad pequeña, aunque partieran desde un puesto bajo, aunque nadie les diera posibilidades, al principio, de repetir el éxito del año pasado. Ahí están. Dicen que aún sienten la amargura de aquel tiro que no entró en Indianápolis el año pasado. No quieren que vuelva a pasar y Virginia Commonwealth no fue capaz de evitarlo. Shaka Smart ha llevado a sus chicos muy alto desde muy abajo, pero no pudieron llegar al último piso. Jamie Skeen se fue hasta los 27 puntos y 6 rebotes para liderar una vez más a su equipo. Bradford Burgess también le acompañó con otros 15 y 9, mientras que el capitán Joel Rodríguez no estuvo bien en el tiro pero repartió hasta 8 asistencias. Por Butler, los mismos hombres repitiendo el mismo rol. Shelvin Mack liderando en anotación con 24 y 5 de 6 en triples, Matt Howard como fiel escudero, con 17 puntos y 8 rebotes, Shawn Vanzant como silencioso picador, Andrew Smith, en la trinchera, y Zach Hahn y Khyle Marshall como relevos de lujo. Brad Stevens, nacido el mismo año que yo, joder, lo dirige todo.
La guinda del pastel, mañana en el Reliant Stadium de Houston, Texas. La cabecera de la entrada, para Jim Calhoun, entrenador de los Huskies, que ha llevado a su equipo a la final más inesperada de su historia.
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