Se acerca la final de la NBA entre Los Ángeles Lakers y los Orlando Magic. Mientras en España se le da cancha a los artículos de prestigiosos deportistas americanos alabando el trabajo de Pau Gasol, en los Estados Unidos muchos son los que aún están maldiciendo a la diosa fortuna por evitar el enfrentamiento (sinónimo: el negocio) del siglo, el gran duelo entre Kobe Bryant y Lebron James. ¿Qué van a hacer ahora con los dichosos muñequitos?
La final que ya ha sido, y con sorprendente final lleno de literatura, fue la de Britains Got Talent. Susan Boyle se quedó sin final feliz y, al parecer, montó en cólera y acabo ingresada en un hospital. Somos muñecos, pero no muñecos del destino, sino marionetas de los que juegan a amasar fortunas.
Gina Marie Incandela podría ser la nieta de Susan Boyle. Y, al parecer, más literatura fantástica, es parte responsable de que Lebron James se enfadara y demostrara todo lo que le falta para ser una verdadera estrella del deporte. Dicen que si ella canta el himno (el himno, ¡el himno!, sigue pendiente que cuente mi experiencia con el O Say Can You See), los Orlando Magic nunca pierden.
Pau, cuidado con la niña, si la ves en la cancha, amordázala, por dios. En fin, cantar canta la niña de siete años, y, a Turkoglu, le hace hasta gracia.
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